DE VIAJE
El azul y profundo fiordo de Geirangerfjord, en Noruega, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, está rodeado de cascadas
cumbas, iglesias y restaurantes en
los que saborear la mejor pizza del
mundo. Frente a su costa se alza la
isla de Capri, donde redescubrir la
dolce vita italiana de los años cincuenta.
También aguardan Marsella, con
sus villas y campos de lavanda que
inspiraron a Cézanne y Van Gogh;
el glamur de la ciudad de Niza y sus
elegantes paseos; el mejor Renacimiento
de Europa en la inimitable
Florencia, cuna de Petrarca; y la vecina
Pisa, con su famosa torre inclinada.
Tras alcanzar el puerto de
Civitavecchia, la fascinación llega
con la Roma eterna, su archiconocido
Coliseo y sus tesoros artísticos.
Esta aventura por el Mediterráneo
occidental compite en emociones con
su vertiente más oriental, que discurre
por las islas griegas de Miconos y
Santorini, con su inquietante volcán
sumergido y sus pueblos blancos; por
el colosal Partenón de Atenas, custodiado
por el pintoresco barrio de
la Plaka, de callejuelas retorcidas y
salpicadas de joyerías y restaurantes;
así como por las costas croatas, con
Split, que aúna fortificaciones, murallas
romanas y palacios medievales,
lo que le ha valido ser considerada
Patrimonio de la Humanidad por la
Unesco y el broche de oro final de
este apasionante viaje.
Norte
de Europa
Naturaleza
en estado puro
No hay nada mejor que contemplar
mágicas auroras boreales o glaciares
iluminados por el sol de medianoche
o montañas imponentes que se
levantan en torno a profundos fiordos
–lenguas de mar que se adentran
en tierra– que han sido declarados
Patrimonio de la Humanidad. A su
alrededor, también se pueden des-
salvajes y vegetación verde exuberante.
RACC 54 octubre 2017
MARCO WONG/GETTY